Profesorado de Educación Primaria

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En la Escuela Normal Superior «José Figueroa Alcorta», el Profesorado de Educación Primaria se estructura en torno a un eje fundamental: formar docentes reflexivos/as y comprometidos/as, capaces de analizar críticamente las dimensiones profesional y ética de su rol. Esto incluye valorar el proceso de enseñanza desde una perspectiva que atienda las características culturales, sociales y psicológicas de las infancias, reconociendo su diversidad y complejidad.

La formación pone un énfasis especial en comprender el desarrollo integral de los niños y niñas, considerando cómo sus particularidades impactan en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Este conocimiento permite a los/as futuros/as docentes diseñar prácticas pedagógicas inclusivas, adaptadas a las necesidades individuales y colectivas de sus estudiantes, tanto dentro del aula como en otros espacios educativos.

El programa está orientado a preparar a los docentes para que puedan planificar, implementar y evaluar estrategias de enseñanza innovadoras, que promuevan la adquisición e integración de saberes conceptuales, procedimentales y actitudinales. A través de esta formación, los egresados serán mediadores en la construcción de aprendizajes significativos, fomentando el desarrollo crítico y autónomo de sus estudiantes.

Para lograrlo, la propuesta educativa se organiza en tres grandes áreas de formación:

  1. General Pedagógica: brinda herramientas teóricas y metodológicas esenciales para entender y actuar en contextos educativos diversos.
  2. Especializada: profundiza en las particularidades del nivel primario, abordando contenidos específicos y estrategias didácticas.
  3. De Orientación: permite incursionar en nuevas perspectivas y categorías analíticas, con énfasis en la innovación y la investigación educativa.

Además, el Profesorado promueve una visión dinámica del desarrollo profesional, entendiendo la enseñanza como una práctica en constante evolución. Los futuros docentes no solo se forman para el presente, sino que también adquieren las competencias necesarias para actualizarse y perfeccionarse continuamente, respondiendo a los desafíos de una sociedad en transformación.

En este marco, la investigación educativa se convierte en un pilar para interpretar fenómenos pedagógicos, fomentar la innovación y construir propuestas que impacten positivamente en la calidad de la educación.